El mundo de la transformación digital se está consolidando cada vez más en todas las organizaciones. Desde la realidad virtual (RV) hasta la inteligencia artificial (IA), las empresas están cada vez más equipadas con la tecnología necesaria para impulsar un mayor crecimiento y eficiencia, de cara a la próxima década. Pero, todo este camino no está exento de desafíos y oportunidades que deberán aprovechar si quieren consolidar la seguridad de su información.
El error humano seguirá siendo la mayor amenaza para la ciberseguridad en el futuro
Esto se debe a que las personas siguen cometiendo errores, independientemente de la última tecnología que se haya implementado para evitarlos. Las herramientas mecánicas y los algoritmos no pueden hacer mucho, y los seres humanos siguen teniendo el poder de provocar el caos cuando no son conscientes de las posibles consecuencias.
Para evitarlo, las empresas y organizaciones tendrán que revisar la forma en que manejan sus datos. También, la manera de aplicar las estrategias de ciberseguridad para centrarse más en las personas. Y para esto, es fundamental adoptar un enfoque más preventivo. Esto significa reforzar su cultura interna y aplicar estrategias más estrictas para reducir el riesgo de ciberataques. Aquí, cobra relevancia la formación y capacitación de los empleados sobre la importancia de la ciberseguridad, al igual que motivarlos a plantear cualquier preocupación sobre el tema.
La inteligencia artificial llegó para quedarse
Se espera que la IA se convierta en una de las tendencias tecnológicas más importantes durante la próxima década. Esto se debe a que habilitará una experiencia más fluida e intuitiva para los usuarios, pero también permitirá a las empresas realizar análisis más completos y tomar decisiones más informadas sobre su seguridad.
A medida que la IA se vuelva más sofisticada, se prestará más atención al comportamiento de los usuarios. Esto significa que las empresas tendrán que invertir más tiempo y recursos en comprender a sus clientes e identificar los factores de riesgo. Para maximizar el potencial de la IA, las organizaciones tendrán que prepararse para los riesgos potenciales que plantea su comportamiento. Esto incluye tener una política clara en torno a esto y una estrategia para abordar cualquier problema que pueda surgir.
Las empresas también tendrán que estar preparadas para las posibles reacciones negativas que puedan producirse.



































