Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, impulsada por la OMS, UNICEF y diversas organizaciones sociales y sanitarias. Este año, el lema es “Dar prioridad a la lactancia materna: crear sistemas de apoyo sostenibles”, con el objetivo de visibilizar la necesidad de establecer entornos y políticas públicas que garanticen que todas las madres que deseen amamantar puedan hacerlo con el respaldo necesario.
Este lema pone el foco en la importancia de promover estructuras sólidas -sociales, sanitarias, laborales, comunitarias- que acompañen a la madre en cada etapa de la lactancia. Esta mirada incluye desde la implementación de licencias adecuadas y espacios amigables en los lugares de trabajo, hasta el acceso a asesoramiento especializado y el apoyo de las redes afectivas más cercanas.
Cabe agregar que la OMS promueve la lactancia materna exclusiva (LME) hasta los seis meses y destaca como desafío global que actualmente menos del 50% de los bebés recibe LME durante ese período. Según la OPS, en América Latina y el Caribe, solo el 43% de los lactantes menores de seis meses recibe lactancia materna exclusiva. Incluso las tasas de lactancia suelen caer abruptamente tras el regreso de la madre al trabajo. Estos datos reflejan una realidad compleja, en la que muchas mujeres que desean amamantar enfrentan obstáculos estructurales, laborales o culturales que dificultan la continuidad de la lactancia.
Por eso, generar sistemas de apoyo sostenibles no es solo una recomendación sanitaria: es una responsabilidad colectiva.
La Dra. Stella Maris Ordoñez, especialista en pediatría de DIM CENTROS DE SALUD, explica que “como sociedad debemos impulsar y apoyar a la madre que amamanta, crear espacios en lugares de trabajo y lugares públicos para que pueda dar de mamar o extraerse leche si fuera necesario. Además, es importante el apoyo, no solo por parte de su familia sino de sus compañeros de trabajo y de los profesionales de salud que debemos promover esa lactancia”.
Beneficios para toda la vida
La especialista explica que la lactancia materna tiene características que la hacen el alimento apto para el recién nacido, tanto sano como enfermo y en especial para el prematuro. Contiene todos los nutrientes necesarios: es rica en vitaminas A y C, vitaminas del complejo B, hierro, fósforo, calcio, proteínas, grasas y azúcares.
Además, promueve múltiples beneficios tanto a la madre, como al recién nacido. El contacto piel con piel y el olor de la madre, le da al bebé tranquilidad y fortalece el vínculo madre e hijo. El inicio temprano de la lactancia es uno de los determinantes para que su práctica sea exitosa, e incrementa la seguridad de la madre.
Entre los beneficios, se destaca:
En el bebé:
- Fortalece el sistema inmunológico, ayudando a prevenir enfermedades como diarreas, infecciones respiratorias y otitis.
- Reduce el riesgo de malnutrición infantil.
- Crea un lazo único y especial entre mamá y bebé.
En la madre:
- Disminuye el riesgo de cáncer de mama y ovarios, osteoporosis, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
- Favorece el vínculo emocional con el bebé y la recuperación posparto.
En el medio ambiente:
- La leche materna es un recurso natural, renovable y disponible sin necesidad de procesamiento ni transporte.
- Se evitan residuos como plásticos o metales de envases industriales.
- Contribuye a reducir la huella de carbono.
Promover la lactancia materna no es solo responsabilidad individual. Es una tarea colectiva que implica reconocer el valor del cuidado, derribar barreras culturales, y establecer políticas públicas que protejan este derecho.