La parálisis cerebral se produce cuando algunas partes del cerebro no se desarrollan adecuadamente o sufren una lesión. La parálisis cerebral infantil es una afección del cerebro inmaduro, permanente y no progresiva, que afecta la postura y el movimiento. La Dra. Daniela Sosa, neuróloga de DIM Centros de Salud, explica que el 50% de los casos de parálisis cerebral tienen una causa identificable. Entre los factores de riesgo se encuentran prematuridad, complicaciones durante el parto, condiciones maternas, bajo peso al nacer y complicaciones neonatales. Aunque el daño cerebral inicial no puede revertirse, la intervención temprana y los tratamientos adecuados pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los niños y niñas afectados.
Señales de alerta que no hay que ignorar
Los signos y síntomas varían según el tipo y la gravedad de la afección, y pueden afectar a todo el cuerpo o limitarse a una extremidad o a un lado del cuerpo. Entre los más frecuentes se encuentran:
- Aumento del tono muscular
- Rigidez muscular y reflejos exagerados (espasticidad)
- Músculos rígidos con reflejos normales (rigidez)
- Falta de equilibrio y coordinación (ataxia)
- Temblores o movimientos involuntarios
- Movimientos lentos o de contorsión
- Retrasos en alcanzar habilidades motrices, como empujar con los brazos, sentarse o gatear
- Retrasos en el desarrollo del habla o dificultades para comunicarse
- Dificultades de aprendizaje
- Dificultades con las habilidades motrices finas
- Convulsiones
La detección temprana es clave, ya que permite iniciar intervenciones que optimicen el desarrollo físico y cognitivo del niño.
Tratamientos que mejoran la calidad de vida
Aunque no existe una cura definitiva, la Dra. Sosa enfatiza que los tratamientos deben adaptarse a las necesidades específicas de cada persona. Entre las opciones terapéuticas se incluyen:
- Fisioterapia y programas de rehabilitación
- Uso de dispositivos ortopédicos
- Tecnología y dispositivos de asistencia
- Medicamentos para controlar espasmos musculares y convulsiones
Con un enfoque multidisciplinario y personalizado, es posible maximizar la independencia, funcionalidad y calidad de vida de quienes viven con parálisis cerebral, brindándoles mayores oportunidades de desarrollo y participación plena en la sociedad.