Osteoporosis: estrategias para su prevención

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El 20 de octubre se celebra el Día Mundial de la Osteoporosis, una jornada que busca generar conciencia a nivel global sobre la importancia de prevenir y combatir esta enfermedad ósea metabólica crónica, dado que es la más común en su tipo y la responsable de 8.9 millones de fracturas al año en todo el mundo.

La menopausia es una etapa clave para prestar mayor atención a la salud y disfrutar plenamente de esta nueva fase de la vida. Es un momento ideal para redescubrir intereses personales, planificar nuevos proyectos, carreras o viajes, pero sin dejar de lado el cuidado físico. La salud ósea, merece especial atención, ya que la disminución de estrógenos puede aumentar el riesgo de osteoporosis y, en consecuencia, la probabilidad de fracturas. Mantener chequeos regulares y adoptar hábitos saludables es importante para asegurar el bienestar a largo plazo.

La osteoporosis hace que los huesos se debiliten y se vuelvan frágiles, en tal medida que una caída o hasta una leve tensión, como agacharse o toser, pueden causar una fractura. Las mismas ocurren con mayor frecuencia en la cadera, en la muñeca o en la columna vertebral.

La Dra. Norma Ciavone, Ginecóloga de DIM Centros de Salud explica que “la osteoporosis se da por la falta de estrógenos que no permiten la absorción de calcio por el intestino. Se puede prevenir porque los síntomas son las fracturas. Para ello hay que realizar una densitometría – que se realizan una vez por año – en la perimenopausia, dosaje de calcio y vitamina D3.”

Para la Dra. María Laura Martínez, también Ginecóloga en DIM Centros de Salud, “las fracturas por fragilidad se producen por una fuerza mecánica, que en condiciones normales no produciría una fractura. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha cuantificado estas fuerzas al equivalente a la caída desde su propia altura o menos.”

Las recomendaciones recientes definen el riesgo de fractura en bajo, alto o muy alto para poder individualizar los tratamientos. La clave en el manejo de la salud ósea, radica en evitar fracturas y las estrategias para prevenirlas deben tener prioridad:

  • Cambios en el Estilo de Vida

Todas las mujeres post menopáusicas, y no solo aquellas con riesgo de fracturas, deberían tomar conciencia de la importancia de un estilo de vida respetuoso con la salud ósea. Esto incluye niveles óptimos de calcio y vitamina D, ejercicio adecuado, cesación tabáquica y de abuso de alcohol, y evitar medicación tóxica para los huesos. Se debe hacer foco en las actividades que mejoren el equilibrio, una revisión de aquella medicación que podría aumentar el riesgo de caída, tales como sedantes y ansiolíticos.

  • Tratamientos Antirresortivos 

Está ampliamente aconsejado, en la mayoría de las guías, que el tratamiento con antirresortivos debería ser considerado como una monoterapia en todos los pacientes con algún riesgo de fractura.

Los tratamientos más comunes con antirresortivos son con bifosfonatos. Los bifosfonatos orales disponibles incluyen al alendronato, risedronato e ibandronato, y endovenosos el ibandronato y el ácido zoledrónico. Se recomienda que la continuación de la terapia sea reconsiderada luego de 5 años de terapia oral con alendronato o de 3 años con terapia endovenosa, dependiendo de la respuesta al tratamiento y el riesgo de fractura remanente.

  • Terapia Hormonal de la Menopausia 

La terapia hormonal de la menopausia (THM) debe ser considerada en las mujeres con riesgo de fractura antes de los 60 años de edad o dentro de los 10 años de ocurrida la menopausia. Una vez iniciado el tratamiento no existe una limitación con respecto a la duración del uso de THM y podrá ser usado mientras la indicación de su uso persista.

  • Moduladores Selectivos de los Receptores de estrógenos 

Los moduladores Selectivos de los Receptores de Estrógenos, tales como el raloxifeno y el basedoxifeno, son recomendados en mujeres con riesgo de fractura vertebral y cáncer de mama.

  • Denosumab  

Denosumab es una alternativa al uso de bifosfonatos. Es un anticuerpo monoclonal humano, anti RANKL que evita la unión con los osteoclastos y sus precursores, resultando en la inhibición de la resorción y por lo tanto preserva la masa ósea. A diferencia de los bifosfonatos, el denosumab no es secretado por los riñones por lo que no hay limitación de su uso frente a una función renal deficiente.  El denosumab se administra mediante una inyección subcutánea de 60 mg, cada 6 meses.

  • Tratamiento Anabólico Óseo 

La terapia anabólica (estimulación de formación de nuevo hueso), fue recomendada como una segunda línea de tratamiento, y principalmente reservada para casos en los que el tratamiento con antirresortivos falla.