Hepatitis C: basta de silencio, mas testeos y tratamiento a tiempo

La OMS estima que alrededor de 50 millones de personas viven con hepatitis C en el mundo, muchas de ellas sin diagnóstico. En Argentina, las estadísticas más recientes muestran un crecimiento en los casos confirmados, lo que evidencia tanto la persistencia de la infección como el avance en la detección temprana a través de campañas y acceso a tests de salud pública. El Dr. Nicolás Adriel Domínguez, especialista en hepatología y trasplante hepático de DIM Centros de Salud aconseja sobre tratamientos, diagnóstico y cuidados preventivos para estar alertas y llegar a tiempo a tratarla.

0
181

Qué es la Hepatitis C y por qué se le llama “silenciosa”

 “La hepatitis C es una enfermedad causada por un virus hepatotropo —es decir, con afinidad por las células hepáticas (los hepatocitos)—, que infecta estas células y va generando daño lento y progresivo”, explica el Dr. Domínguez. “Se la considera “silenciosa” porque no da síntomas evidentes durante años; el paciente puede no notar nada hasta que el daño esté muy avanzado”, agrega.

Formas de contagio y mitos por derribar

 “Las principales vías de transmisión son por contacto con sangre contaminada: compartir maquinillas de afeitar, cepillos de dientes, uso de material inyectable compartido. También puede darse por accidentes ocupacionales (personal de salud que se pincha con agujas)”, detalla el profesional.

“Un mito frecuente es creer que se contagia por besos, abrazos o contacto físico casual. No es así. Otro error de concepto es pensar que se transmite por transfusiones de sangre; hoy los bancos de sangre tienen controles muy estrictos, y eso prácticamente ya no ocurre”, afirma el especialista. “También algunos creen que sólo quienes usan drogas intravenosas están en riesgo, pero no es exclusivo de ese grupo; cualquier exposición a sangre contaminada implica riesgo”, puntualiza.

Detección: estudios y población clave para testear

“El primer paso es hacer un test serológico (ELISA). Si da positivo, se realiza una prueba molecular (PCR) para confirmación”, describe el Dr. Domínguez. “Las guías internacionales recomiendan que todas las personas se realicen al menos una vez este screening. Los grupos con mayor riesgo —trabajadores de la salud, personas que usan drogas intravenosas, quienes viven en cárceles, pacientes en hemodiálisis— deben hacerse controles más frecuentes, incluso anualmente”, señala.

Tratamientos actuales y tasas de curación

“Hoy contamos con antivirales de acción directa orales, con tratamientos de dos o tres meses según el caso”, detalla el doctor. “Son fármacos bien tolerados, sin efectos adversos severos, y con una tasa de curación superior al 98 % en pacientes sin cirrosis. Incluso en quienes ya tienen daño hepático significativo, la tasa de curación supera el 90 %”, asegura.
“Las obras sociales en la Argentina están obligadas a cubrir estos tratamientos, lo que hace que esta enfermedad deje de ser una condena y pase a ser una condición tratable con éxito”, apunta.

Llamado a la acción a la población

• Hacete el test: es simple, una extracción de sangre (ELISA), y si es necesaria, se confirma con PCR.

• Si tenés factores de riesgo (trabajo de salud, uso de drogas inyectables, hemodiálisis, antecedentes de exposiciones con sangre), consultá con tu médico e insistí en el test periódicamente.

• No esperes síntomas: muchas personas con hepatitis C descubren la enfermedad cuando el daño hepático ya está avanzado — el diagnóstico temprano es clave para evitar cirrosis, hepatocarcinoma u otras complicaciones.