Gabriela Carel se presentó en el teatro Gastón Barral de la Uocra

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La cantante Gabriela Carel se presento este viernes 14 de marzo en el teatro Gastón Barral de la Uocra en el marco del ciclo Recitales de Sadaic. Ante la presencia de un gran publico, recorrimos a través de sus canciones las tradiciones e historias de nuestra Patagonia y dialogamos con ella

¿Qué sensaciones tenés de esta presentación en Buenos Aires?

A veces canto en lugares chiquitos y a veces también canto en lugares grandes y siempre es la misma sensación, la sensación de vibrar con la gente y cuando es mucha gente la emoción es como una energía que circula, va y viene, va y viene y entonces explota cuando es multitudinario. En la Patagonia tenemos muchos festivales, por suerte, muy multitudinarios como la Fiesta Nacional del Asado, la Fiesta Nacional de la Esquila, que son fiestas realmente muy masivas que por ahí no se conocen tanto acá.

En tus letras se nota mucho la historia de la Patagonia, las tradiciones, sin ser de la Patagonia ¿Qué es lo que te enamoró?

Yo soy de Bahía Blanca, que viste que ahí se pelea que si es patagónica o no es patagónica. Cuando era chiquita y escuchaba la radio en Bahía decían un slogan que era puerta y puerto del sur argentino. Y yo me comía el viaje de que era la Patagonia, hasta que conocí la Patagonia. Con mi marido nos fuimos de muy jovencitos a Chubut buscando la naturaleza, buscando un lugar para criar a los hijos con la libertad y con ese ambiente sano que por ahí tienen los pueblos chicos, como Rawson. Rawson, cuando nos fuimos a vivir, tenía 30.000 habitantes, ahora tiene un poquito más de 40 mil pero sigue siendo un pueblo grande, decimos ciudad, pero tiene esa identidad de pueblo, de jugar a la pelota en la esquina, de volver de la escuela caminando. Cosas que son de pueblo que por ahí en las ciudades grandes como Bahía Blanca o por supuesto como Buenos Aires ya no se pueden hacer, ¿viste? y a mí me encanta esa decisión que tomamos mirando para atrás, a pesar de que siempre está el dolor del desarraigo, ¿no? De dejar a los viejos, a los hermanos, a los amigos de la infancia. Cada vez que vuelvo está esa nostalgia también de los lugares, de la infancia. Lo que le pasa a todos los que han vivido un desarraigo, ¿no? es como que queda el alma partida en dos. Pero amo mi lugar que es este que elegí, que es la Patagonia, y al que le canto las canciones, los paisajes, las historias, las pequeñas historias cotidianas, no solamente la historia que se escribe en los libros, la historia de encontrarme con la gente cara a cara. 

Contabas recién en tu tema, el último tema, Mensajero Rural, que la gente escucha la radio para enterarse cuando vienen el camión a llevar las ovejas o cuando vienen a dejarle alguna cosa ¿Sentís que el porteño necesita conocer más esa parte del interior del país que está un poco desconectado?

Acá en Buenos Aires también viven muchas personas de las provincias que conocen esas realidades, y también existirá la gente que vive todo el tiempo en la ciudad y que tal vez imagina esas otras realidades a través de la tele, o a través de internet, o de las pantallas. Pero nunca es lo mismo que vivirla en carne propia, y por eso, mirá como te paso el chivo, nos tienen que ir a visitar. La Patagonia es un lugar realmente maravilloso. Rawson, Playa Unión, todo el valle inferior del río Chubut, es un paisaje increíble. Nosotros tenemos dentro del valle, bueno, Puerto Madryn con sus Ballenas, que es como la estrella de todos los turistas, pero también hay otras visitas muy interesantes como las Toninas overas. Desde nuestro puerto de Rawson salen lanchitas para avistar Toninas Overas que son unos delfincitos chiquitos que saltan alrededor de las lanchas, son muy hermosos. Tenemos los pingüinos también en Punta Tombo y en Cabo Dos Bahías, que es una pingüinera más chiquita. 

Aparte de cantante, difusora turística.

No, es que un poquito terminó siendo de alguna manera embajadora, como tratando y apoyando también a los emprendedores turísticos, porque cuando va el turismo también nos sirve a los artistas.

¿Sentís que la cultura es uno de los últimos refugios que tiene la gente para pasar buenos momentos con amigos, en familia, escuchando buenas canciones, viendo buenos espectáculos?

Sí, por supuesto. La música siempre es sanadora. Yo soy docente, toda la vida he dirigido coros de niños y de jóvenes durante 20 años. El año pasado, con todo el dolor del alma, dejé la docencia porque el escenario me implica mucha energía, mucho tiempo y realmente no estaba pudiendo con todo. Y sobre todo porque yo tenía un coro que era de 100 pibes, entre niños y jóvenes, y a veces estaba con las autorizaciones de los padres, con la leche, con la merienda con las gestiones para el viaje, que conseguir la plata, que vender tortas fritas, que el mate bingo, que qué sé yo. Y me distraía mucho de mi carrera artística. Quiero decir, somos una sola persona, 24 horas tiene el día y siempre fui un tractor, pero qué sé yo, hay un momento en que uno tiene que elegir también en la vida. Y bueno, he elegido este camino, pero bueno, mucha de la vida me la pasé sembrando en esos chicos que muchos de ellos hoy son maestros de música o están estudiando el profesorado de música.  Pensar en sembrar vocación es algo hermoso.

En este camino que tomaste, tú sumaste a Mujer Trova. ¿Qué es Mujer Trova?

Mujer Trova es un movimiento de compositoras, mujeres, que surgió aquí en Buenos Aires, primero con un pequeño grupo de compositoras, que hacen estas canciones que tienen que ver con el decir social, que no son canciones livianas. La trova tiene eso, tiene que ver con un decir comprometido. Y se fueron sumando cantoras de otras provincias en principio, después de otros países, limítrofes. Y bueno, a mí me invitaron a participar de este movimiento el año pasado. Ellas ya hace 11 años que vienen funcionando, tejiendo redes, compartiendo este camino. Y para mí es una emoción muy grande que hayan venido a compartir una de mis canciones, que es Mujer sin Fronteras, que además es una canción que tiene mucha fuerza y un contenido muy emocionante. Ir pensando y tratando de pasar por el cuerpo y por el alma lo que vamos diciendo cuando cantamos.  Y cantarlo compartiendo con las chicas fue algo realmente muy emotivo. También tuvimos otra invitada en el escenario, que estuvo al principio del espectáculo, que es Silvana Casavalle, una cantoraza que tienen aquí en Buenos Aires. Cantamos con ella una canción que habla de la amistad y la distancia, que se llama Campanillas del Aire. son esas cositas que uno se va a guardar para el recuerdo, para la vida. 

¿Cuándo tenés pensado volver a Buenos Aires a cantar?

Ahora tengo una serie de tocadas allá en Chubut, en Gaiman.  Estamos la semana que viene tocando con un grupo de mujeres, que somos 12 mujeres cantoras de Chubut, que hacemos un homenaje a Violeta Parra, que se llama Mujer Árbol Florido, un espectáculo muy, muy, muy poderoso. Somos las 12 mujeres en círculo, el público se ubica a 360 grados alrededor, y tocamos todos instrumentos y cada una va pasando al medio a cantar, y todas las demás acompañamos. Un formato bastante particular y original, la gente se sorprende, se emociona. Y lo hicimos en 2017 para el aniversario de los 100 años de Violeta, y no lo podemos dejar de hacer. La gente lo sigue pidiendo, lo hemos hecho por toda la Patagonia, incluso también en Chile. Después ya tengo en Trelew para la vigilia del 2 de abril, y sigue la agenda.