A veces cuando pedimos que nos repitan las cosas que nos dicen comenzamos a dudar de nuestra audición, a cuestionarnos lo que escuchamos, lo que nos puede traer dudas al realizar tanto una tarea laboral como doméstica.
Días pasados me invitaron a una prueba de audición en la sucursal de Avenida Independencia de Gaes, una marca de Amplifon y empresa líder en soluciones auditivas, que esta en mas de 26 países con 10.000 centros de atención, pero que los mas importante en Argentina es que esta en ocho provincias y que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sus centros se encuentran distribuidos estratégicamente para poder brindar sus servicios a toda la población
Con mis dudas acudí a la cita en Gaes donde me recibió la Lic. Natalia Salvatico, responsable de Formación de GAES, quien al comienzo de la prueba me explico cómo funciona el oído, como ingresan los sonidos, a través del oído externo para ser llevadas al oído medio que se encarga de amplificar y transmitir los sonidos y dirigirlos al oído interno donde la cóclea, un conjunto de pequeños huesos, transforman las ondas sonoras en impulsos eléctricos y los envían al cerebro para que llevemos adelante las acciones correspondientes.

En mi ignorancia, rápidamente, le comenté a la Dra. Salvatico y a quienes la acompañaron durante el examen que limpiaba mis oídos con cotonetes para sacar la cera acumulada y que mi audición fuera buena. Sus expresiones me explicaron que estaba haciendo todo mal y me explico que el cotonete puede perforar la membrana que cuida al oído de posibles infecciones como una otitis u otras peores. Lo lamento por la industria del cotonete, pero solo lo uso, como me explicaron, para la parte externa del odio. La cera en el oído también cumple una función, no hay que sacarla porque sí.
Comenzada la prueba, que muchos habrán hecho y él que no, recomiendo que la haga, fui experimentando como mis dos oídos percibían sonidos agudos y graves en distintos volúmenes, siempre primero de un lado y luego del otro; tras los sonidos, vinieron las palabras, de un lado, con ruido ambiente del otro lado, para conocer bien el tipo de audición que tengo.
Antes de contarles como salió todo, les digo que no hay una edad para comenzar a ver como esta la audición, no es lineal como con otros temas de salud que después de los cuarenta o los cincuenta hay que empezar a chequear, en el tema auditivo, hay que acercarse ante una duda de si estamos escuchando bien o no, o cada tanto para estar tranquilos que no tenemos pérdida de audición.
En mi caso dio perfecta la prueba, por lo cual, si no hago algo como me dicen no es porque escucho mal sino porque me lo dicen mal, pero más allá de esto último, la atención brindada en Gaes fue de excelencia por lo cual el año próximo vamos por otro chequeo auditivo.