Endometriosis: la enfermedad silenciosa que afecta a millones de mujeres

Dolores menstruales intensos, molestias durante las relaciones sexuales, al defecar o al orinar, dolor pélvico crónico, distensión abdominal, náuseas, fatiga y, en algunos casos, depresión, ansiedad e infertilidad. Estos son algunos de los síntomas de la endometriosis. El 14 de marzo es su Día Mundial y desde DIM CENTROS DE SALUD, la Dra. María Laura Martínez - especialista en Ginecología – explica cómo minimizar su impacto y la importancia de llegar al diagnóstico lo más pronto posible, para evitar futuros problemas de fertilidad.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la endometriosis afecta aproximadamente a 190 millones de las mujeres y niñas en edad reproductiva a nivel mundial. En Argentina se estima que la sufren aproximadamente 1 millón de mujeres de entre 15 y 50 años.

 

En principio, para hablar de endometriosis, es necesario describir el proceso del ciclo menstrual, en donde generalmente el endometrio se engrosa y el útero se prepara para un posible embarazo. Si esto no ocurre, el tejido se desprende y se expulsa a través de la menstruación. Pero, en aquellas mujeres que sufren esta enfermedad, las células del endometrio salen del útero y desarrollan tejido fuera de él, como en los ovarios o las trompas de Falopio, provocando quistes y una inflamación crónica.

 

“La endometriosis es una enfermedad inflamatoria benigna, dependiente de estrógeno, que se caracteriza por la presencia de glándulas y estroma endometrial en un sitio distinto a la cavidad uterina”, especifica la Dra. “Puede afectar a las mujeres de cualquier edad y tiene un impacto significativo en la vida de quien lo padece, ya que podría causar infertilidad o dificultad para quedar embarazada”.

 

Los síntomas de esta enfermedad pueden incluir desde cólicos menstruales excesivos, flujo menstrual abundante o anormal hasta dolor durante las relaciones sexuales. “Ocasiona un cuadro clínico variado que involucra dismenorrea, dispareunia, dolor pélvico e infertilidad”, agrega la especialista.

 

Esta patología se confunde, en ocasiones, con otras afecciones que pueden causar dolor pélvico, como la enfermedad inflamatoria pélvica o los quistes ováricos. Incluso también con el síndrome de colon irritable, una afección que causa episodios de diarrea, estreñimiento y cólicos abdominales.

 

El diagnóstico comienza con una consulta ginecológica, en la que se evalúa el historial médico de la paciente y se realiza un examen físico integral, que incluye la exploración pélvica. “Una ecografía con doppler y una resonancia magnética pueden poner en evidencia tanto endometriomas como focos endometriales más profundos. También se solicita el CA 125 en laboratorio, que, si bien no es específico, se presenta con baja sensibilidad para detectar estadios, severidad de la enfermedad o fenotipos clínicos”, señala la Dra.

 

Los sitios más comunes de endometriosis incluyen: los ovarios, las trompas de Falopio, ligamentos que sostienen el útero; el fondo de saco posterior, es decir, el espacio entre el útero y el recto; el fondo de saco anterior (el espacio entre el útero y la vejiga), la superficie exterior del útero y el revestimiento de la cavidad pélvica. Ocasionalmente, el tejido endometrial se encuentra en otros lugares, como los intestinos, el recto, la vejiga, la vagina, el cuello uterino y la vulva.

 

Con respecto a su tratamiento, la Dra. Martinez explica que, en general, el tratamiento para la endometriosis puede incluir observación de los síntomas para ver el curso de la enfermedad; medicamentos para el dolor como antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno); terapia hormonal con anticonceptivos orales, con hormonas combinadas de estrógeno y progestina y técnicas quirúrgicas como Laparoscopia, Laparotomía o Histerectomía.

 

“El tratamiento médico es sólo sintomático y no curativo, pero ofrece alivio, mientras que el quirúrgico pese a ser curativo, presenta variables tasas de recurrencia; por lo que se recomienda priorizar el tratamiento médico y dejar el quirúrgico para casos especiales. Las técnicas de reproducción asistida mejoran significativamente las tasas de nacimientos en caso de infertilidad asociada a la enfermedad”, concluye.