Macrón continúa sacando conejos de la galera. Su voluntad es que Francia reconozca al Estado de Palestina el próximo septiembre en las asamblea de las Naciones Unidas.
Será el único líder del G7 en dar ese paso. El G7 son las naciones más desarrolladas del planeta (EEUU, Inglaterra, Alemania, Italia, Canadá, Japón y Francia).
En la trama de los hechos cotidianos, llegamos demasiado tarde. Casi sin injerencia, para modificar los términos de la relación entre árabes y judíos.
Macron reconcerá una Palestina integrada por dos zonas geográficas distantes: Cisjordania, casi ocupada por asentamientos de colonos judíos. Y la Franja de Gaza, que ya sabes bien estimado lector, en los últimos meses, fue arrasada por las tropas del ejercito israelí y convertida en una cárcel a cielo abierto y lo peor: azotada por el hambre.
El gesto del francés se transforma en testimonial. Es válido. Pero también es inútil por las derivaciones de la guerra.
Se puede traducir como el deseo vano de influir sobre los acontecimientos.
¿Emmanuel Macron quiere dejar un legado?
El presidente francés practica una diplomacia directa. Su estilo ultra amistoso, toquetero con sus interlocutores, ya no funciona. Queda desgastado ante su reiteración prolongada.
Macron quedó desairado en el Vaticano donde pretende entablar un diálogo de a tres con Trump y Zelensky. Las imágenes mostraban una mesa con tres sillas. El norteamericano lo increpó y lo dejó fuera. Pareciera que la música se detuvo, porque luego las noticias nos muestran dos sillas, solo para Donald y el ucraniano
https://www.youtube.com/watch?v=SvTRsk89R7Y
Emanuel dijo en 2017 que su esposa Brigitte, veinticuatro años mayor, fue imprescindible para alcanzar la presidencia. Le controlaba sus discursos y su agenda. Una cachetada de su mujer captada por los medios lo deja como un niño que cometió un error o travesura o mal chiste, y que merecía por eso, un correctivo.
https://www.youtube.com/watch?v=aOwUktgIKTo
Su cercanía corporal con el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan trajo consecuencias. Derivó en que el turco sostuviera su dedo mayor más que lo apropiado. El francés no se resistió.
Y ahora la reciente reunión con el alemán Merz, ambos, los vemos estrechando manos y tocándose los hombros, y las caras, en una competencia de imágenes para los medios para que analicen, quién influye sobre quien antes de discutir, presumimos sobre Ucrania, la seguridad continental y la migración ilegal. Parece que Europa se empeña en estar desenfocada.
Y ahora, la solidaridad a última momento con los palestinos. Que nadie espera, nadie necesita, solo para el registro histórico. Los elogios rellenan, apenas, el ego francés.
Hace este último y casi imprescindible gesto antes de cerrar su ciclo político en Francia.
Le hará juicio a una youtuber norteamericana Candace Owens porque ataca a su familia con toneladas de injurias. El video es Becoming Brigitte
https://www.youtube.com/watch?v=yCkFQSceM2Y
Le queda año y medio hasta mayo de 2027 para retirarse, porque no puede reelegir.
Macron sabe que su valor político deviene en evitar que Francia caiga bajo el control de la extrema derecha del Frente Nacional de Marine Le Pen (ganadora de la primera vuelta de las elecciones parlamentarias) Y también evitar a su opuesto: la extrema izquierda de Izquierda Insumisa de Jean Luc Melenchon (ganador de la segunda vuelta de las mismas elecciones parlamentarias). Extremismos en las Galias moderna.
Un Macron moderado lo hizo hace diez años. Tuvo éxito a partir de su disidencia del anterior presidente: el socialista Francois Hollande. Ahora, el sistema político francés deberá suplantarlo. ¿Podrá?
La sucesión presidencial parece caminar al borde de un abismo.
Cabe esperar que la sociedad francesa no sufra de vértigo