De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la psoriasis es una enfermedad inmunomediada, sistémica y crónica, que se manifiesta principalmente a través de lesiones en la piel, aunque también puede involucrar otros órganos y sistemas. Se estima que más de 100 millones de personas viven actualmente con esta patología. En la Argentina, afecta aproximadamente entre el 2% y el 3% de la población, con distintos grados de severidad.
Aunque no es contagiosa, la psoriasis tiene un impacto que va mucho más allá de los síntomas visibles. Las placas, el picor o el dolor que puede generar esta afección suelen tener un fuerte efecto emocional y social, limitando actividades cotidianas y afectando la calidad de vida. El malestar físico muchas veces se combina con sentimientos de vergüenza, ansiedad o aislamiento, lo que subraya la importancia de un enfoque médico y psicológico integral.
La Dra. Cecilia Raco, dermatóloga de DIM Centros de Salud, destaca la importancia de consultar con un especialista ante la aparición de lesiones o síntomas compatibles. La profesional explica que la psoriasis es una patología crónica que se manifiesta a través de lesiones enrojecidas, cubiertas de escamas blanquecinas de grosor y tamaño variables en la piel, en algunos casos acompañadas de intensa picazón y dolor”. Cabe aclarar que no es contagiosa ni indica una higiene descuidada.
Lo que hay que saber sobre la psoriasis
→ Aunque no es hereditaria, uno de cada tres pacientes tiene familiares directos que también la padecen.
→ Su origen es desconocido, pero puede estar asociada a otras afecciones como hipertensión arterial, diabetes, aumento del colesterol, triglicéridos elevados o depresión.
→ Puede afectar la piel, las uñas y las articulaciones.
→ Se presenta en brotes que alternan con períodos de mejoría o remisión.
→ Existen distintos tipos de psoriasis, y un mismo paciente puede experimentar cuadros diferentes a lo largo del tiempo.
→ Su impacto no es solo físico: la salud mental y social de quienes la padecen se ve profundamente afectada.
→ El tratamiento debe ser personalizado, adaptado a las necesidades y evolución de cada paciente. En algunos casos, se requiere la combinación de terapias para obtener mejores resultados.
→ El abordaje de estos pacientes debe hacerse en forma global e interdisciplinaria, atendiendo además de los síntomas de la piel, posibles afecciones en las articulaciones, riesgo cardiovascular y efectos que pueda tener sobre su calidad de vida, debido a que también su entorno personal se ve afectado por las repercusiones físicas y psicológicas de la enfermedad.
→ Artritis psoriásica: si aparecen dolores articulares persistentes, inflamación de los dedos o molestias en la espalda que no ceden con el reposo, es importante informar al médico, ya que pueden ser signos de esta complicación asociada.
→ Es clave ser constante con el tratamiento y mantener el acompañamiento médico para controlar la enfermedad. Con un enfoque integral, es posible mejorar la autoestima, la salud física y la calidad de vida de manera significativa.
Recomendaciones para una piel con psoriasis:
♥ Beber abundante agua, suficiente para mantener el cuerpo bien hidratado.
♥ Dejar las heridas descubiertas y expuestas al aire el mayor tiempo posible.
♥ Preferir el uso de ropa de tejidos suaves, evitar la lana y las fibras sintéticas.
♥ Exponerse a baños de sol y rayos UVA, que ayudan a disminuir el crecimiento de las placas y la inflamación.
♥ Aplicar gel de avena en la piel afectada ayuda a aliviar el ardor.
♥ Evitar golpes en la piel que pueden desencadenar nuevas lesiones.
♥ Moderar el consumo de alcohol, ya que puede empeorar la enfermedad.
♥ Evitar situaciones de estrés, ya que es un factor desencadenante de la enfermedad.



































