Cuidar la mente es tan importante como cuidar el cuerpo

Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar el bienestar psicológico tanto en la vida personal como en el ámbito laboral.

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De acuerdo con los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.000 millones de personas en el mundo viven con algún trastorno de salud mental, y cerca del 15% de los adultos en edad laboral experimentan alguna afección en algún momento de su vida. La depresión y la ansiedad generan cada año pérdidas de productividad estimadas en más de un billón de dólares a nivel global.

El Licenciado Juan David Jurado, psicólogo de DIM Centros de Salud, explica que hablar de salud mental es hablar de bienestar, de equilibrio y de calidad de vida. “Por eso es un componente esencial en la vida que incluye bienestar emocional, psicológico, social y familiar teniendo un impacto directo en cómo pensamos, sentimos y actuamos frente a las situaciones cotidianas”.

Cuidar la mente es tan importante como cuidar el cuerpo. “El bienestar mental y la salud física están profundamente conectados, el equilibrio emocional favorece hábitos saludables, y la actividad física contribuye al bienestar psicológico. Promover espacios de autocuidado, descanso, actividad física y vínculos saludables es clave para fortalecer nuestra salud integral”.

Estrés, agotamiento y desconexión: señales de alerta

“Más que signos podríamos pensar en algunas pautas de alarma ya que cuidar la salud mental también implica reconocer cuando necesitamos apoyo”. El especialista enumera algunas señales que pueden indicar que una persona podría estar atravesando dificultades a nivel de:

  • Cambios notables en el ánimo: tristeza intensa, irritabilidad o ansiedad constante.
  • Dificultad para concentrarse, tomar decisiones o realizar tareas cotidianas.
  • Problemas para dormir o cambios en los hábitos alimenticios.
  • Pérdida de interés en actividades que antes resultaban placenteras.
  • Aislamiento social o conflictos frecuentes en las relaciones.
  • Sentimientos de desesperanza o pensamientos de autolesión.

Mindfulness, un aliado fundamental

Para Jon Kabat Zinn -creador del programa de Reducción del Estrés Basado en la Atención Plena de la Universidad de Massachusetts-  el mindfulness es la práctica de prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar. Reconociendo así pensamientos, emociones y sensaciones corporales sin dejarse arrastrar por ellos, ayudando a disminuir la rumiación mental y a mejorar la regulación emocional.

Para quienes están comenzando y desean gestionar mejor el estrés y la ansiedad, el Lic. Jurado recomienda:

  • Micro pausas de mindfulness: Durante el día, tomar pequeños momentos (1-2 minutos) en un lugar tranquilo, para centrarse en la respiración o en lo que se percibe del entorno.
  • En actividades cotidianas: Escoger una actividad diaria (caminar, comer, ducharte). Durante la actividad, concentrar la atención plenamente en lo que se está haciendo. Notar sensaciones físicas, olores, sonidos y movimientos, evitando que la mente divague.
  • Observación de pensamientos: Sentarse tranquilamente y permitir que los pensamientos fluyan como si fueran nubes en el cielo.  No analizarlos ni juzgarlos, solo observarlos y dejarlos pasar.

La respiración es una herramienta muy poderosa para regular las emociones. “Al prestar atención y llevar la inhalación y la exhalación, ayudamos a calmar el sistema nervioso y a reducir la ansiedad y el estrés. Esto disminuye la reacción automática del cerebro frente al miedo y nos permite recuperar el equilibrio emocional, pensar con claridad y responder de manera más serena ante situaciones difíciles. Practicarla de forma regular fortalece nuestra resiliencia y bienestar en el día a día”, concluye el especialista.