“Comienzos saludables, futuros esperanzadores”: el bienestar emocional de la madre como base para la salud del recién nacido

En el marco del Día Mundial de la Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone el foco en una temática fundamental: la salud mental materna y su impacto directo en el desarrollo del recién nacido. Por eso, su lema para este año es “comienzos saludables, futuros esperanzadores”.

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La Lic. Malena Casasola, psicóloga de DIM Centros de Salud, explica que la salud mental materna es el estado emocional y psicológico de las mujeres durante el embarazo, el parto y durante la crianza de sus hijos; es sumamente importante cuidarla ya que afectará a la salud del bebé. “Sabemos que las mujeres que experimentan problemas emocionales durante el embarazo tienen un mayor riesgo de sufrir un parto prematuro, bajo peso al nacer el bebé, junto a otras complicaciones. Además, estas dificultades pueden persistir después del parto y afectar la relación madre-hijo a largo plazo.”

Según datos de la OMS, 1 de cada 5 mujeres experimenta algún trastorno de salud mental durante el embarazo o el primer año posterior al parto. Este malestar no siempre es visible. “La idealización de la maternidad como un estado exclusivamente feliz ha dificultado durante años el reconocimiento de la depresión perinatal”, agrega la especialista.

Para profundizar al respecto, la Lic. Casasola responde 4 preguntas sobre cómo detectar la depresión durante este período, cuáles son las señales de alerta y la importancia del apoyo familiar y social.

¿Qué es la depresión post parto?

La depresión es el problema de salud mental materna más común experimentado por las madres en todo el mundo. Si bien muchas madres experimentan diferentes tipos de depresión a lo largo de sus vidas, la forma más frecuente es la depresión postparto con un porcentaje que asciende al 7% durante el primer año posterior al parto.

Se trata de un tipo de depresión de moderada a severa que puede afectar a la mujer después del parto. Puede manifestarse en las primeras semanas o incluso hasta un año después de haber dado a luz, siendo más frecuente dentro de los primeros tres meses. Para confirmar el diagnóstico, es indispensable una evaluación clínica realizada por un profesional de la salud mental capacitado.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas pueden incluir tristeza profunda, pérdida de apetito, insomnio, pensamientos suicidas, sentimientos de culpa, entre otros. Algunos factores que aumentan el riesgo de desarrollar esta condición son los antecedentes de depresión, la falta de una red de apoyo, dificultades en la lactancia y una ambivalencia previa o actual respecto al embarazo.

Una vez realizado el diagnóstico, el tratamiento suele combinar medicación antidepresiva y psicoterapia. En muchos casos, también es necesario abordar el componente ansioso que puede estar asociado.

¿Cómo fortalecer el vínculo emocional entre la madre y el bebé desde el embarazo y en el postparto?

 

El vínculo madre-bebé es un lazo afectivo que comienza a gestarse durante el embarazo y se profundiza con el tiempo. Este vínculo es esencial para el desarrollo emocional y social del niño o la niña.

Sabemos que los primeros momentos de la maternidad pueden ser complejos y desafiantes. Por eso, el acompañamiento de una red de contención —lo que se denomina “ambiente facilitador”— resulta clave. La presencia de un entorno de apoyo permite que la madre pueda enfocarse en su bebé y estar emocionalmente disponible para cuidarlo.

Quien cumpla la función paterna o de regulación —ya sea pareja, familiares o figuras significativas— debe ofrecer seguridad afectiva a la madre. Esta contención le permitirá desplegar una disponibilidad psíquica plena hacia su hijo o hija, siendo una figura confiable para él o ella.

El apego seguro se construye desde los primeros días de vida, cuando el bebé percibe que su cuidador/a principal está presente, disponible y es emocionalmente confiable.

 

¿Qué herramientas pueden ayudar a las embarazadas a gestionar el estrés y la ansiedad en esta etapa?

La salud mental es una parte crucial del bienestar de cualquier persona, y para las madres, es especialmente importante tener recursos y apoyo adecuados para manejar las múltiples demandas de su vida cotidiana.

Entre las recomendaciones para cuidar la salud mental de la mamá, se encuentran:

→ Priorizar el autocuidado: Reservar tiempo para actividades que le gusten y relajen. Concientizar sobre la importancia del cuidado de la salud maternal.

→ Promover la lactancia materna.

→ Hablar de las emociones: Evitar juzgarlas. No reprimirse y poder compartir sentimientos y emociones en un ambiente de intimidad y respeto.

→ Establecer límites: Aprender a decir “no” y establecer límites saludables. Pueden ocurrir visitas permanentes o inesperadas que promuevan el estrés de la mamá y el bebé.

→ Cuidar el descanso: Dormir bien es esencial para el bienestar emocional y el cuidado de la salud en general.

→ Pedir ayuda o apoyo en caso de necesitarlo, contar con una red de colaboración y consejo. Apoyo social.

→ Alimentación saludable y equilibrada: Una alimentación saludable y equilibrada puede mejorar la salud física y mental.

→ Realizar ejercicio físico: El ejercicio reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y aumenta la energía.

→ Realizar ejercicios de respiración/relajación: La meditación y la respiración profunda pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.

→ Respetar la modalidad de crianza: Dejar que la madre/padre puedan tomar sus propias decisiones sobre el estilo de crianza que desean para su bebé.