Cada 12 de noviembre, la OMS busca generar conciencia sobre una de las principales causas de mortalidad infantil en el mundo. La neumonía sigue siendo la enfermedad infecciosa más mortal del mundo, responsable de más de 2,5 millones de muertes al año, incluidas más de 600.000 en menores de cinco años. En América Latina, la neumonía es una es consistentemente una de las principales causas de internación pediátrica. La contaminación del aire (tanto ambiental como doméstica) y la falta de vacunación son los principales factores de riesgo.
Según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), la neumonía se produce cuando los alvéolos -los pequeños “sacos” que forman los pulmones y que se llenan de aire cuando una persona sana respira- se llenan de pus y líquido. Esto provoca dificultad para respirar, dolor y una menor oxigenación del cuerpo.
De acuerdo con la Dra. Julieta Daiana De Cunto, Neumonóloga de DIM Centros de Salud, “la neumonía es una enfermedad infecciosa que afecta a los pulmones y es causada por bacterias, virus u hongos. Aunque puede afectar a cualquier persona, es especialmente peligrosa para los niños menores de cinco años, quienes son más propensos a desarrollar neumonía debido a su sistema inmunológico inmaduro”.
La especialista señala que los síntomas más frecuentes son tos seca o con expectoración, dificultad para respirar, fiebre, taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria) y dolor torácico.
Prevención, factores de riesgo y cuidados
La vacunación es la herramienta más eficaz para prevenir la enfermedad. “Las vacunas neumocócicas, contra la gripe, Covid y contra la tos ferina (doble o triple bacteriana) pueden ayudar a prevenir la neumonía. También es clave una nutrición adecuada, una dieta equilibrada ayuda a mantener un sistema inmunológico fuerte, y la reducción de factores de riesgo como el tabaco y la diabetes mal controlada”, explica la Dra. De Cunto.
Además, la contaminación del aire se reconoce como un factor determinante. La exposición prolongada a gases contaminantes, humo o partículas finas irrita los pulmones y los hace más vulnerables a infecciones.
El tratamiento depende del tipo y la causa. “Los antibióticos son efectivos contra la neumonía bacteriana, mientras que los antivirales se utilizan para tratar la neumonía viral. En casos graves, puede ser necesario administrar oxígeno”, concluye la especialista.
Aunque el desafío persiste, los avances en vacunación y conciencia ciudadana muestran que la neumonía es una batalla que puede ganarse: con prevención, conocimiento y acción colectiva.



































