Tres lugares de Buenos Aires con leyendas de fantasmas ideales para visitar en Halloween

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Buenos Aires es una ciudad llena de misterios y algunos lugares se destacan por guardar lúgubres leyendas. En el libro Rincones de Buenos Aires, la periodista especializada en viajes Leila Aisen reseña más de 200 lugares emblemáticos, entre los que se encuentran algunos que guardan curiosas historias que son ideales para visitar en Halloween.

Torre del Fantasma

Parece un castillo medieval pero es un edificio de estilo catalán que fue encargado en 1910 por María Luisa Auvert Arnaud. La propietaria abandonó la vivienda tras habitarla por pocos meses, luego de varios episodios inexplicables que también sufrieron sus empleados, quienes renunciaron. Entonces la alquiló a una artista plástica, Clementina.

Después de que una periodista le hiciera una nota y tomara fotos a sus obras, los vecinos empezaron a escuchar gritos desde la torre. Finalmente, Clementina saltó al vacío y se suicidó.

Cuando la periodista revisó las fotos, aparecieron tres duendes rodeando una pintura. Consultó con Arnaud, y le dijo que huyó del edificio porque había duendes que al principio eran buenos, pero luego empezaron a hacer maldades de todo tipo.

Las fotografías nunca fueron encontradas, por lo que no sabemos si esta historia es cierta. Hoy en día la torre que queda en Wenceslao Villafañe 361, La Boca, está habitada.

​Palacio Noel

En torno al edificio en el que funciona el Museo Fernandez Blanco hay leyendas de apariciones y fenómenos paranormales.

Una joven bailarina fantasmal fue vista por un grupo de flamenco que ensayaba en el patio así como por el poeta Oliverio Girondo, quien vivía a lado. Al morir fue velado en su casa que ahora es parte del museo, y algunos dicen ver su fantasma.

Hacia fines de 1980, el director del museo y varios empleados sufrieron enfermedades. Consultaron con un parapsicólogo que aseguró que era una fuerza del más allá relacionada con el cuadro de una mujer con cabello rojo envuelta en una toga blanca, mientras que otros afirman que se trataría del fantasma de una joven que murió de tuberculosis a comienzos del siglo XIX. ¿Será la bailarina?

También se dice que los fantasmas eran esclavos que sufrieron una trágica muerte y fueron enterrados a orillas del Río de La Plata, que estaba a metros de esta propiedad cuando se construyó.

Hay otra versión. Martín y Carlos Noel vivieron en esta casona con sus familias hasta que la vendieron. Carlos Noel fue intendente de Buenos Aires y durante su gestión cerró el cementerio Victoria, conocido como el “cementerio de los disidentes”. Después de trasladar los restos a otros cementerios, muchos mármoles quedaron abandonados y le pareció una gran idea llevarse algunos para recubrir las paredes del palacio.

En 1928 aquí se alojó el presidente electo de los Estados Unidos, Herbert Hoover, pero pidió ser cambiado de habitación tras una noche con extraños ruidos que le impedían dormir.

El Palacio Noel queda en Suipacha 1422.

Cementerio de la Recoleta

Son numerosas las leyendas en torno al cementerio más importante de la ciudad y acá les cuento algunas de las más importantes.

  • David Alleno fue cuidador del cementerio durante años y ahorró toda su vida para poder tener su propia tumba con una estatua que encargó a un artista italiano. Dicen que cuando logró reunir el dinero, se suicidó para cumplir el sueño de su vida: descansar en el Cementerio de la Recoleta.
  • Liliana Crociati falleció durante su luna de miel y sus padres le construyeron una bóveda donde reprodujeron su habitación con una escultura en la que luce su vestido de novia acompañada por su perro.
  • Alfredo Gath, dueño de las tiendas Gath & Chaves, pidió que en su bóveda se colocara un dispositivo electrónico para abrirla por dentro, por miedo a ser enterrado vivo.
  • Una noche, un joven vio a una chica vestida de blanco llorando en la calle trasera del cementerio y la invitó a tomar un café a La Veredita. Se besaron, ella le dijo que su nombre era Luz María y se fue corriendo derramando café en el saco del joven. Él la siguió, pero su figura se desvaneció en la entrada del cementerio. Él empezó a golpear el portón hasta que el cuidador lo dejó entrar, y se sorprendió al ver su propio saco manchado de café sobre una bóveda que llevaba el nombre de Luz María.

Esta época del año es ideal para conocer el lado más oscuro de la ciudad.

Leila Aisen también cuenta con una comunidad de más de medio millón de personas en sus redes sociales @amarviajarblog, donde publica viajes y planes de todo tipo.