El regreso del Jedi (y el ocaso de la emperatriz) – Por Marcos J. Zapata

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Y cuando todos esperaban que la emperatriz Cristina saliera al balcón a celebrar un nuevo triunfo sobre la Libertad Avanza, ocurrió lo impensado: el Jedi Javo Milei, acompañado por su joven padawan Santi Caputo, resurgió de entre los escombros políticos con la Fuerza renovada… y ganó en todo el país.

Como en una escena final de Star Wars, justo cuando las sombras parecían envolver a la República, la ciudadanía decidió darle una segunda oportunidad al Gobierno. No solo eso: le permitió recuperar la mismísima Provincia de Buenos Aires. Un déjà vu de aquella inesperada victoria de Esteban Bullrich sobre Cristina Fernández de Kirchner. Esta vez, las listas bendecidas por la ex presidenta fueron derrotadas con contundencia.

Habrá que sentarse algún día a descifrar este enigma argentino: ¿por qué el electorado castiga al oficialismo en las elecciones provinciales, pero lo premia en las nacionales? Hasta ayer, el Gobierno venía acumulando derrotas en casi todos los distritos, salvo en la Ciudad de Buenos Aires. Hace apenas dos meses, fue aplastado en territorio bonaerense y quedó tercero en Corrientes, con menos del 10%. Hoy, ganó la provincia más poblada del país y quedó a solo dos puntos del oficialismo en la provincia litoraleña. ¿Qué pasó?.

Zygmunt Bauman lo anticipó con su concepto de “sociedad líquida”: un mundo donde todo es inestable, efímero, cambiante. Donde los vínculos se diluyen y las certezas se evaporan. En esa lógica, el voto argentino parece flotar entre mensajes contradictorios, pero reveladores:
• “Quiero que sigan gobernando en mi provincia los que ya están, porque lo hacen bien.”
• “A nivel nacional, acompaño al Gobierno.”
• “Pero también quiero que algunos actores desaparezcan del escenario político (¿Cristina? ¿La Cámpora? ¿Los eternos candidatos?).”
• “Basta de peleas: dialoguen y construyan consensos. Nadie tiene mayoría absoluta en el Congreso.”

Pasó la elección. Festejan el Gobierno, algunos gobernadores… y quizás una parte del peronismo que ya no comulga con Cristina ni con La Cámpora. Esta semana, los mercados estarán en pausa. Pero lo importante es lo que viene: que el ciudadano de a pie sienta mejoras reales en su bolsillo. Porque si la esperanza se frustra otra vez, la desilusión será profunda. Y eso sí es peligroso para la democracia: más del 30% del padrón no fue a votar. Ese silencio, más que cualquier resultado, debería preocuparnos a todos.