DIM celebra el día del pan y de la alimentación con un llamado a conectar salud, conciencia y disfrute

En el marco del Día Mundial del Pan y el Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre), DIM Centros de Salud propone reflexionar sobre la importancia de los hábitos alimentarios saludables, el valor de los alimentos que elegimos y la posibilidad de disfrutar sin culpas, pero con conciencia.

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Las licenciadas en Nutrición Mariela Pacho (MN 8021/MP 3372) y Patricia Chávez (MN 10039/MP 6252), especialistas del equipo de DIM, destacan que alimentarse bien no se trata solo de “qué comemos”, sino también de cómo, cuánto y con qué impacto en nuestra salud y en el entorno.

“El pan puede y debe formar parte de una alimentación saludable. No hay que temerle ni eliminarlo: la clave está en la calidad y la cantidad”, explica la Lic. Pacho. “Optar por panes integrales, de masa madre o de granos enteros aporta fibra, mejora la digestión y ayuda a controlar la glucemia y la presión arterial”.

Por su parte, la Lic. Chávez aclara que muchos de los mitos sobre el pan son infundados: “Ni el pan engorda por sí solo, ni hay que eliminarlo para bajar de peso. Tampoco el pan integral tiene menos calorías, pero sí genera más saciedad. Lo importante es mantener el equilibrio y disfrutarlo dentro de un plan alimentario variado y consciente”.

Ambas profesionales coinciden en que la alimentación es un acto cotidiano con impacto social y ambiental. En un contexto donde Argentina enfrenta desafíos nutricionales complejos —como el sobrepeso, la obesidad, el bajo consumo de frutas y verduras, y la alta ingesta de ultraprocesados—, repensar la relación con los alimentos es clave para construir un futuro más saludable y sostenible.

“Cada decisión cuenta: elegir productos frescos, priorizar alimentos locales y de estación, reducir el desperdicio y moderar el consumo de carnes rojas y procesados puede marcar una diferencia real”, sostiene la Lic. Chávez.

“No hay una dieta universal: cada etapa de la vida tiene necesidades distintas”, agrega la Lic. Pacho. “La infancia requiere energía y crecimiento; la adolescencia, proteínas y minerales; los adultos deben prevenir deficiencias, y en la vejez es fundamental preservar la masa muscular y mantenerse bien hidratados. Adaptar la alimentación a cada momento es también una manera de cuidarse”.

Desde DIM, el mensaje es claro: alimentarse bien no es una meta inalcanzable, sino una forma diaria de autocuidado y de compromiso con el entorno. La propuesta es alimentarse con equilibrio y entender que nutrirse bien es una inversión en bienestar físico, emocional y social.