Espirometría: el electrocardiograma de pulmón que puede cambiar diagnósoticos y prevenir enfermedades

La salud respiratoria suele darse por sentada, hasta que algo falla. En el Día Mundial de la Espirometría, DIM Centros de Salud recuerda la importancia de este estudio como herramienta clave para la detección temprana, el control y la prevención de enfermedades pulmonares crónicas. La Dra. Julieta Daiana De Cunto, médica neumonóloga (MN 174982 / MP 339769), explica por qué todos deberíamos conocer nuestro “perfil pulmonar” aun sin síntomas.

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Un chequeo tan importante como un análisis de sangre

“A los 25 años el pulmón se desarrolla completamente, y a partir de los 35 todos comenzamos a perder capacidad pulmonar de manera natural. La espirometría es, en ese sentido, como un electrocardiograma del pulmón: nos permite establecer una línea de base para comparar a futuro”, explica la especialista.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades respiratorias crónicas —como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o la fibrosis pulmonar— afectan a más de 500 millones de personas en el mundo y representan casi el 10% de las muertes globales. En Argentina, el Ministerio de Salud estima que 1 de cada 10 adultos mayores de 40 años padece EPOC, muchas veces sin saberlo.

¿Cuándo hacerse una espirometría?

Incluso en personas sin síntomas, la prueba se recomienda a partir de los 35 años o antes si existen antecedentes familiares, tabaquismo, exposición a polvo, humo o químicos. También en quienes padecen:

•        Asma o broncoespasmo

•        Sinusitis crónica o poliposis nasal

•        Enfermedades autoinmunes (Lupus, esclerodermia)

•        Secuelas respiratorias post-COVID-19

Y, por supuesto, si aparecen tos persistente, silbidos en el pecho, falta de aire o dolor torácico, la indicación es inmediata.

La prueba de referencia para evaluar la función pulmonar

La espirometría es una medición simple, no invasiva y rápida que evalúa cuánto aire pueden mover los pulmones y con qué velocidad lo hacen. Es el estudio de referencia para detectar enfermedades como:

•        EPOC y Asma

•        Fibrosis pulmonar

•        Hipertensión pulmonar o enfermedades neuromusculares

•        Secuelas postinfecciosas o post-COVID-19

“Nos brinda información crítica sobre la capacidad vital forzada y el volumen espiratorio forzado en el primer segundo —explica De Cunto—. Pero si sospechamos alguna restricción, complementamos con la medición de volúmenes pulmonares, que nos indica cuánto aire entra realmente en el pulmón”.

El Mini Box: tecnología que respira innovación

 En DIM Centros de Salud, la evaluación pulmonar se potencia con el uso del Mini Box, un dispositivo de pletismografía de escritorio que permite realizar pruebas de función pulmonar completa sin necesidad de cabina.

Este equipo incluye espirometría, medición de volúmenes pulmonares y prueba de difusión de monóxido de carbono, con la gran ventaja de ser más accesible y confortable para todo tipo de pacientes, incluso aquellos con obesidad o claustrofobia.

“El Mini Box nos permite acercar el diagnóstico a más personas y en más contextos, sin comprometer la precisión del estudio”, detalla la especialista. Su portabilidad y facilidad de uso lo convierten en una herramienta ideal tanto para la consulta ambulatoria como para controles en internación.

Control, prevención y seguimiento

La periodicidad ideal es realizar una espirometría cada 6 meses, aunque puede variar según indicación médica, cambios en el tratamiento o evolución de la enfermedad. “Controlar cómo respiramos puede marcar la diferencia entre una vida plena o una enfermedad diagnosticada tardíamente. Hoy contamos con tecnología segura y accesible para hacerlo de forma simple”, concluye la Dra. De Cunto.