Fertilidad sin tabúes: mitos, estudios y tratamientos

En el marco del Día Mundial de la Fertilidad – 4 de junio – el Dr. Juan Ignacio Pérez Fleming, médico especialista en medicina reproductiva de DIM Centros de Salud, responde consignas clave sobre una problemática mundial que afecta, según los datos más recientes de la OMS, a 1 de cada 6 personas en algún momento de su vida. El rol fundamental que juega la salud mental y cuáles son los estudios y tratamientos disponibles para el mejor diagnóstico posible.

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La fertilidad es mucho más que una cuestión biológica: es parte del proyecto de vida de millones de personas y parejas. Sin embargo, hablar de fertilidad todavía implica romper ciertos tabúes. Los factores que pueden causar infertilidad son multicausales, tanto físicos, como emocionales e incluso, sociales y se trata de un momento en la vida de cada persona en la que el apoyo y soporte de la pareja, familia y amigos es fundamental. Para aclarar dudas, brindar información y acompañar este proceso, el Dr. Pérez Fleming responde las preguntas más frecuentes sobre fertilidad, estudios diagnósticos y opciones de tratamiento.

1)      ¿Qué se entiende por fertilidad y por qué es importante hablar de este tema en la actualidad?

La fertilidad es la capacidad biológica de una persona o pareja para concebir un hijo y llevar adelante un embarazo. Es importante hablar de este tema porque cada vez son más las personas que postergan la maternidad o paternidad, muchas veces sin conocer cómo cambia la fertilidad con el paso del tiempo. Informarse permite tomar decisiones con mayor libertad, ya sea para buscar un embarazo o para preservar la fertilidad.

Según la OMS, cerca del 17,5% de la población adulta en el mundo experimenta infertilidad a lo largo de su vida. En América Latina, entre el 15% y el 20% de las parejas tienen dificultades para concebir.

2)      ¿Cuáles son las causas más frecuentes de infertilidad en personas con capacidad gestante y en varones?

En personas con capacidad gestante, las causas más frecuentes incluyen la edad, alteraciones en la ovulación (como el síndrome de ovario poliquístico), endometriosis, problemas en las trompas y baja reserva ovárica. En varones, solemos encontrar alteraciones en la cantidad, movilidad o forma de los espermatozoides, varicocele, infecciones previas o causas hormonales. También puede haber infertilidad de causa combinada o sin causa aparente (idiopática).

3)      ¿La edad influye en la fertilidad? ¿A partir de qué momento empieza a disminuir?

 Sí, y es uno de los factores más determinantes. En mujeres, la fertilidad comienza a disminuir a partir de los 30 años y se acelera después de los 35. Esta caída está relacionada tanto con la cantidad como con la calidad de los óvulos. En varones, el efecto de la edad es más lento, pero también influye, especialmente en la calidad espermática y el riesgo genético.

4)      ¿Qué hábitos o factores del estilo de vida pueden afectar negativamente la fertilidad?

El tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el estrés crónico, el sobrepeso o bajo peso extremo, el sedentarismo, el mal descanso y la exposición a tóxicos ambientales o laborales son factores que pueden reducir la fertilidad. En los varones, el uso de anabólicos también impacta negativamente.

5)      ¿Cuándo se recomienda consultar a un especialista?

Si una pareja lleva más de 12 meses teniendo relaciones sexuales sin protección y no logra el embarazo, se recomienda consultar. En mujeres mayores de 35 años, ese plazo se acorta a 6 meses. También es importante consultar antes si hay antecedentes médicos, ginecológicos u hormonales relevantes.

6)      ¿Qué estudios o evaluaciones se realizan habitualmente durante una consulta de fertilidad?

Evaluamos la historia clínica completa de ambos integrantes de la pareja. En la persona con capacidad gestante solemos pedir análisis hormonales (como hormona antimülleriana), ecografía transvaginal con recuento de folículos antrales y estudios de ovulación lo que nosotros llamamos OVOTEST y realizamos en DIM. Es un estudio que permite evaluar la función ovárica y el proceso de ovulación. Suele incluir ecografías y análisis hormonales para conocer en qué momento del ciclo ovula una persona con capacidad gestante, información clave para diagnosticar y tratar problemas de fertilidad.

En varones, el estudio básico es el espermograma. Según el caso, se puede ampliar con estudios genéticos, inmunológicos o funcionales.

7)      ¿Cuáles son las principales opciones de tratamiento disponibles actualmente?

Contamos con tratamientos de baja complejidad, como la inducción de ovulación o la inseminación intrauterina, y con técnicas de alta complejidad como la fertilización in vitro (FIV), la ovodonación o la preservación de óvulos y embriones. La elección depende del diagnóstico, la edad y el deseo reproductivo de cada persona o pareja.

8)      ¿Qué rol juega la salud emocional durante los tratamientos de fertilidad? ¿Qué mensaje le daría a quienes están atravesando dificultades para concebir?

La salud emocional es fundamental. La infertilidad puede generar ansiedad, frustración y sensación de soledad. Por eso, el acompañamiento emocional, la contención y el apoyo psicológico son pilares del tratamiento. A quienes están atravesando este camino, les diría: no están solos. Hoy existen múltiples opciones para acompañarlos en el deseo de formar una familia. Buscar ayuda a tiempo es un paso importante y valiente

Acciones cotidianas que pueden ayudar en el camino hacia la concepción

Estas prácticas acompañan de forma positiva la búsqueda de embarazo, contribuyen al bienestar físico y emocional de ambos integrantes de la pareja.

♥        Llevar una dieta sana y equilibrada: elegir alimentos ricos en antioxidantes y vitaminas, como las verduras y frutas, alimentos con ácido fólico y omega 3.

♥        Evitar el tabaco y moderar el consumo de alcohol.

♥        Practicar deporte con frecuencia: favorece a la salud cardiovascular y mejora el estado emocional.

♥        Reducir el estrés: Practicar meditación, yoga o realizar actividades tranquilas en pareja ayudan a generar calma y reducir la ansiedad.