Cada 25 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Tiroides, con el objetivo de concientizar sobre los trastornos relacionados con esta glándula que regula funciones clave del cuerpo como el metabolismo, el peso, el ánimo y la energía. Se estima que 750 millones de personas en el mundo padecen algún tipo de enfermedad tiroidea, y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 60% lo desconoce.
La glándula tiroides tiene forma de mariposa, se ubica en la parte frontal del cuello y produce dos hormonas fundamentales: T3 (triyodotironina) y T4 (tiroxina). Estas hormonas controlan desde la frecuencia cardíaca hasta la temperatura corporal y el funcionamiento del sistema digestivo.
“Cuando la tiroides no funciona correctamente, puede generar trastornos como hipertiroidismo, hipotiroidismo, tiroiditis o tiroiditis de Hashimoto, afectando la calidad de vida de forma silenciosa”, explica la Dra. Nora Antelo, endocrinóloga de DIM CENTROS DE SALUD.
SÍNTOMAS MÁS FRECUENTES
↑ Hipertiroidismo (exceso hormonal): nerviosismo, palpitaciones, sudoración, pérdida de peso, insomnio y bocio.
↓ Hipotiroidismo (déficit hormonal): fatiga, aumento de peso, depresión, piel seca, voz ronca, caída de cabello e intolerancia al frío.
También pueden aparecer nódulos tiroideos, detectados muchas veces de manera incidental en estudios por otras causas.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
En DIM se realizan dosajes hormonales específicos, ecografías con Doppler color y, si es necesario, una punción con aguja fina guiada por ecografía para evaluar nódulos tiroideos. “Un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado permiten controlar la enfermedad y mejorar significativamente la calidad de vida. Es clave evitar la automedicación con productos que prometen acelerar el metabolismo o quemar grasa, ya que pueden alterar el funcionamiento tiroideo”, agrega la especialista.
ALIMENTACIÓN Y ESTILO DE VIDA: GRANDES ALIADOS
Una dieta equilibrada y hábitos saludables pueden ayudar a cuidar la salud tiroidea:
> Reducir alimentos ultraprocesados, azúcares, alcohol y cafeína.
> Incorporar yodo y selenio a través de huevos, pescados, carnes magras, frutas y verduras.
> Realizar ejercicio físico regular, especialmente de bajo impacto.
> Dormir al menos 7-8 horas diarias para regular la función hormonal.