¿Qué sabemos de Linfedema?

El 6 de marzo se conmemora el Día Mundial del Linfedema, una fecha clave para visibilizar esta enfermedad crónica. Desde DIM Centros de Salud - la Dra. Natalia Miloz, cirujana vascular y flebóloga y el Dr. Gustavo Scattolin, médico cirujano y flebólogo - brindan sus conocimientos para identificar sus síntomas y llegar al diagnóstico temprano.

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El linfedema es una afección caracterizada por la acumulación anormal de líquido en los tejidos, lo que genera hinchazón, principalmente en brazos y piernas. Se produce cuando el sistema linfático no funciona correctamente, ya sea por causas congénitas (linfedema primario) o como consecuencia de cirugías, infecciones o tratamientos oncológicos (linfedema secundario).

 

“Para explicar esta afección, primero debemos hablar del EDEMA, que es un aumento de líquido rico en electrolitos y proteínas en el espacio intersticial debido a una alteración en el intercambio entre el espacio intra y extravascular. Dentro de los edemas crónicos se encuentra el LINFEDEMA, una patología que produce acumulación de agua, sales, electrolitos, proteínas de alto peso molecular y otros elementos en el espacio intersticial, lleva a un aumento de volumen de la región corporal como consecuencia de una alteración dinámica y/o mecánica de la circulación linfática que lleva a un aumento de volumen progresivo y evolutivo de la extremidad o región corporal con disminución  de su capacidad funcional e inmunológica, aumento de peso y modificaciones morfológicas. El LINFEDEMA t ípico se caracteriza por ser un edema indoloro, en estadios iniciales sin cambios significativos de la piel y de consistencia blanda con mejoría con el decúbito, para luego en estadios avanzados transformarse en un edema duro con escasa mejoría con el decúbito debido a la fibrosis conjuntiva”, detalla la Dra. Miloz.

 

“Uno de los mayores desafíos es el diagnóstico temprano. Muchas veces el linfedema se confunde con otras patologías, lo que retrasa su tratamiento y agrava los síntomas. Es fundamental que los profesionales de la salud y la población en general estén informados sobre los signos iniciales, como la sensación de pesadez o el aumento de volumen en una extremidad”, advierte Miloz y amplía sobre cómo llegar al diagnóstico.

 

“El diagnóstico de LINFEDEMA es clínico, sin embargo, el Ultrasonido, el método dúplex que incluye el Doppler convencional y la adición del color, la Tomografía y la Resonancia Nuclear Magnética son métodos que complementan el diagnóstico clínico, pero no son prioritarios en el diagnóstico como tal. El Ultrasonido permite hacer con fiabilidad diagnósticos diferenciales de enfermedad venosa asociada que explique el edema unilateral como en el caso de la trombosis venosa profunda; como así también, permite evaluar los ganglios linfáticos. Los métodos de Tomografía y Angiotomografía permiten evaluar síndromes compresivos en la pelvis o en el tórax que producen edema. El método de la Resonancia Magnética permite clarificar el diagnóstico diferencial del edema, ya que es un método útil para el estudio de la densidad del tejido comprometido como también reportar enfermedades de los tejidos blandos”.

 

TRATAMIENTOS

 

Por su parte, el Dr. Gustavo Scattolin, indica que el tratamiento tiene un aspecto específico según la enfermedad de base y uno común del signo LINFEDEMA. “El tratamiento específico depende de la causa de la enfermedad primaria, el tratamiento común cuando se presenta en miembros (el que habitualmente se consulta), es el DRENAJE LINFÁTICO MANUAL. Si bien el linfedema no tiene cura definitiva, existen tratamientos efectivos que pueden reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. La terapia descongestiva compleja, el uso de vendajes, drenaje linfático manual y el ejercicio controlado son algunas de las estrategias clave para su manejo”.

 

“Cuando estamos frente a un diagnóstico de linfedema, ya sea en pediatría o adultos, interesa tener un diagnóstico etiológico para iniciar un tratamiento adecuado. Entendemos al linfedema como signo de enfermedad o secuela. Los tratamientos deben ser simultáneos (ejemplo: drenaje linfático y linfokinéticos), en algunos casos permanente y, en otro, de por vida. El tratamiento multidisciplinario aumenta las posibilidades de disminuir sus secuelas”, completa el especialista.

 

La Dra. Miloz finaliza: “el tratamiento del LINFEDEMA es transdisciplinario, al ser una enfermedad crónica y evolutiva, que afecta al paciente en gran medida y a largo plazo se debe tener una visión integradora del paciente como un todo, en su aspecto físico y psicológico, como así también su interrelación con el entorno familiar y social en general”.

 

El tratamiento principalmente está integrado por los siguientes procedimientos:

 

◊       Tratamiento preventivo: Mantener la integridad y el trofismo de piel y faneras para evitar brotes infecciosos o inflamatorios, evitar quemaduras y calor excesivo, evitar tareas que demanden esfuerzos, evitar cargas pesadas. La vestimenta no debe ser ajustada, evitar el uso de medias con efecto de liga

◊       Tratamiento farmacológico: Administración oral de benzopironas a altas dosis.

◊      Tratamiento nutricional: Conservar el peso corporal ideal, evitar la retención hídrica, dieta armónica, adecuada y balanceada

◊       Tratamiento dermatológico: Micro traumatismos, lesiones micóticas, lesiones eczématicas, linforragias, vesícula y verrugas linfostáticas.

◊       Tratamiento del dolor

◊       Tratamiento psicológico: Aceptación de la enfermedad, deformación física, depresiones

◊       Tratamiento físico combinado: Consta de los siguientes procedimientos: drenaje linfático manual, presoterapia secuencial, terapia compresiva (vendaje multicapa, prendas inelásticas con velcro, medias y mangas elásticas), taping neuromusculares, ejercicios miolinfokinéticos.