Ludopatía, análisis de un mensaje contradictorio *

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Quizás llame la atención el título de nuestro artículo pero ocurre a raíz de observar en nuestros consultorios, la creciente preocupación por el desarrollo de juegos online con compromiso de pagos, sumamente atrayentes, pero no siempre explicitadas las condiciones de base.

Nada es casual, todo es causal. La ludopatía, es una adicción como tantas otras, que lleva a una contradicción. ¿Por qué?  Por un lado, se promueve y facilita la generación de una conducta tóxica y adictiva y, por el otro, se brinda una asistencia que requiere de instituciones y profesionales para tratar la misma; generándose – como en otras áreas – un circuito perverso donde la base no deja de pasar por el manejo económico, viendo como esta misma rueda con distintas variaciones, gira siempre, generando una dependencia o un estímulo.

 

Cabe agregar que las adicciones no son sólo a las drogas ya sean químicas o naturales. El juego, el sexo, fármacos-dependientes, etc. también forman parte. Y la rueda seguirá girando en tanto y en cuanto social y culturalmente lo anterior no deje de ser mirado en forma condescendiente y se tome conciencia de la gravedad personal y social que esto implica.

 

Veamos algunas definiciones. “Lúdico, adjetivo, perteneciente o relativo al juego. Divertido, agradable, placentero, recreativo”; “Ludopatía, sustantivo, adicción patológica a los juegos electrónicos o de azar.” ¿Qué vemos aquí? Lo lúdico es cualquier actividad que sea tomada como un juego agradable y/o recreativo. Por ejemplo, los juegos como medio didáctico o como fin en sí mismo, por la mera diversión, generalmente creativos. La ludopatía, teniendo como base “el juego” distorsiona el sentido de éste, per se, para transformarse en una adicción que, como toda adicción, conlleva una dependencia hacia el estímulo elegido, en este caso, el juego.

 

En resumen: jugar no es el problema. El problema está en el no tener un límite, no poder parar, invertir horas del día y/o de la noche, todos los días, en una actividad que deja de ser lúdica para pasar a operar tal y como “dosis tras dosis” de una droga fuerte la cual no se puede dejar, necesitando cada vez más…

 

A continuación, compartimos 8 señales de alerta que deben tener en cuenta padres, familiares o amigos:

 

  • Demasiado tiempo aislado con su celular o computadora.
  • Demasiadas y frecuentes visitas a lugares de juegos.
  • Irritabilidad ante el señalamiento de estas conductas.
  • Coherencia o no de los justificativos.
  • Negación de la frecuencia con que se juega.
  • Tener control de cada uno de los gastos de la tarjeta de crédito.
  • En caso de juegos presenciales, por ejemplo, el bingo, controlar el manejo cotidiano del dinero.
  • Estar atentos a pedidos de préstamos, ya sea a familiares o amigos. Esto es un límite.

 

En caso de menores, resulta clave restringir el acceso tanto al celular como a la computadora y el uso de tarjetas bancarias en caso de tener una extensión. Evitar también que tengan registro de las tarjetas de los mayores.

 

Si todo lo anterior no es suficiente, consultar con especialistas en adicciones, porque el juego es una adicción.

 

*Mónica Mabel Fernández, psicóloga MP 50055, y Rubén E. Bernasconi Espósito, médico especializado en psiquiatría MP 14015 – Autores del libro “Un Viaje por las emociones. Guía para el autoconocimiento, la reflexión y desdramatización”. Creadores de Crecer y Ser, un espacio que trabaja sobre la identificación de las emociones y su abordaje a través de distintos talleres.