Como cuidar tu salud hepática

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“Es tiempo de actuar” es el lema de este año para conmemorar – este próximo domingo 28 de julio – el Día Mundial de la Hepatitis, una fecha instaurada en 2008 por la Organización Mundial de la Salud. La Dra. Alejandra Mabel Camino, Magister en Biología Molecular y Diabetóloga de DIM CENTROS DE SALUD, explica los aspectos principales a tener en cuenta sobre esta afección, acciones preventivas, tipos, síntomas y todo lo que debemos saber para tomar conciencia de la fundamental importancia de nuestra salud hepática.

 

La OMS informa que más de 100,000 muertes están relacionadas con la hepatitis cada año. En las Américas, casi 80,000 nuevas infecciones de hepatitis B y C surgen cada año, la mayoría de las cuales pasan desapercibidas. Asimismo, estima que, en todo el mundo, 325 millones de personas sufren hepatitis B y/o C, y para la mayoría de ellas las pruebas y el tratamiento siguen siendo inaccesibles. Algunos tipos de hepatitis son prevenibles mediante vacunación. Y, la entidad liberó recientemente un estudio en el que se estima que – de aquí a 2030 – se podrían prevenir unos 4,5 millones de defunciones prematuras en países de ingresos bajos y medianos, mediante vacunación, pruebas de diagnóstico, medicamentos y campañas de educación. La estrategia mundial de la OMS contra las hepatitis, aprobada por todos lo s Estados Miembros de la OMS, tiene por objetivo reducir en un 90% las nuevas infecciones y en un 65% las defunciones por hepatitis entre 2016 y 2030.

 

1) QUÉ ES LA HEPATITIS?

 

El hígado es un órgano asiento de enfermedades propias y afectación hepática secundaria a otras enfermedades o al efecto de algunos medicamentos. Es un regulador perfecto de la mayor parte de los niveles químicos de la sangre y excreta un producto llamado bilis, que ayuda a descomponer las grasas y las prepara para su posterior digestión y absorción. Toda la sangre que sale del estómago y de los intestinos atraviesa el hígado. Su funcionamiento correcto es de vital importancia para todo el organismo.

 

La hepatitis es un término que define un estado inflamatorio del hígado. Esto se produce como respuesta a un mecanismo de daño de las células hepáticas y sus tejidos circundantes. Él o los agentes productores de daño hepático que conllevan a una inflamación pueden ser tóxicos (alcohol, fármacos, solventes, etc.), infecciones virales, infecciones por otros agentes y enfermedades inmunológicas.

 

2) TIPOS

 

Hay cinco tipos de hepatitis y se identifican con las letras A, B, C, D y E; todas provocan enfermedad hepática, pero tienen diferencias significativas.

 

Hepatitis A (VHA) – Es una de las dos que se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados (aunque también puede propagarse por ciertas prácticas sexuales). Suele provocar una infección leve, con una recuperación completa al cabo de unas semanas. La mayoría de las personas pueden sufrir una amplia gama de síntomas (entre dos y siete semanas después de haberse infectado): fiebre, pérdida de apetito, calambres en el estómago, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos); orina oscura y fatiga. Este tipo de hepatitis cuenta con una vacuna que tiene una eficacia de casi el 100%.

 

Hepatitis B (VHB) – Se transmite cuando la sangre, la saliva, el semen u otros líquidos corporales de una persona infectada, incluso en cantidades microscópicas, entra en el cuerpo de una persona no infectada. Este tipo de virus puede provocar cirrosis y cáncer de hígado, aunque si se detecta a tiempo, se puede tratar y evitar que la enfermedad progrese. Desde el año 1992 la vacuna está incluida en el calendario de vacunación (niños y embarazadas) y ello ha permitido disminuir la tasa de contagios.

 

Hepatitis C (VHC) – Este virus comparte con el B, los mecanismos de contagio y las formas clínicas aguda y crónica. No disponemos de vacuna y es habitual que permanezca en nuestro cuerpo dado que suele escapar y burlar a nuestro sistema inmune. A diferencia del tipo B, los tratamientos actuales de la hepatitis C logran un éxito de erradicación del virus que permite tasas de curación entre un 90 a 100% con tratamientos más cortos y con menos efectos adversos. Como resultado, las consecuencias de su curso crónico (cirrosis, cáncer hepático y trasplante) disminuyen considerablemente.

 

Asimismo, desde la Organización Internacional No Gubernamental World Hepatitis Alliance, explicaron en qué consisten los tipos D y E de la Hepatitis:

 

Hepatitis D (VHD) – Afecta sólo a personas infectadas por la hepatitis B, ya que necesita del virus B para sobrevivir. La simultaneidad de ambos virus hace que pueda aparecer una afección más grave. Se transmite sobre todo por vía sanguínea, a través de jeringas usadas por personas infectadas o por compartir objetos de higiene personal. Este tipo de hepatitis puede hacer empeorar una infección por hepatitis B y hacer más graves los síntomas.  

 

Hepatitis E (VHE) – Se transmite, igual que la hepatitis A, a través del consumo de agua o alimentos contaminados. Pero su diferencia radica en que no cuenta con una vacuna. Su prevención pasa por extremar las medidas higiénicas y evitar el consumo de bebidas y alimentos contaminados. Tampoco causa enfermedad crónica.

 

3) ¿CÓMO SE ORIGINA?

 

“Distintos virus pueden afectar el hígado y conformar enfermedades agudas o crónicas. En el caso de las agudas, si el daño es extenso, pueden afectar severamente la funcionalidad hepática y ponernos en riesgo de vida. El hígado cumple diversas funciones vitales, como detoxificación y síntesis de proteínas fundamentales, entre otras. Los virus también pueden dar lugar a procesos inflamatorios crónicos, que derivan en daño y reparación permanentes, mientras el agente viral no logre ser erradicado de nuestro organismo. Esta circunstancia acarrea desarrollo de cicatrización progresiva denominada fibrosis hepática, con diversos grados progresivos, hasta llegar a la cirrosis”, aseguró la especialista.

 

4) ESTADO AGUDO: CÁNCER DE HÍGADO Y UN POSIBLE TRASPLANTE

 

Adicionalmente, todo este cuadro – además de la disfunción orgánica progresiva – incrementa el riesgo de desarrollo de cáncer hepático. Un concepto muy importante respecto de la fibrosis hepática, aún en la etapa de cirrosis compensada, es notar que puede ser una situación reversible. Es decir, se puede retroceder a estadios menos avanzados con recuperación de su funcionalidad; siempre y cuando se logre eliminar el virus con los fármacos antivirales y la acción de nuestro propio sistema inmune. De hecho, tanto en su curso agudo fulminante como en su curso crónico, las hepatitis virales pueden derivar en la necesidad de un trasplante hepático.

 

5)    PREVENCIÓN

 

“Desde DIM CENTROS DE SALUD proponemos a cada paciente realizar un chequeo anual para poder detectar ésta y otras posibles afecciones, siempre con un acompañamiento idóneo, amable y de máxima calidad médica. Nuestro equipo de medicina preventiva, chequeo anual, infectólogos, hepatólogos y el mejor equipamiento para realizar todo tipo de estudios, siempre están atentos para hacer el mayor esfuerzo para la detección temprana, prevención, vacunación y estudio de la función y condición hepática. Este es el mejor consejo para colaborar en prevenir y controlar estas enfermedades”, finaliza la Dra. Alejandra Camino.