Según los últimos datos de Ashley Madison, el principal sitio de citas para personas casadas del mundo, la infidelidad tiene un límite cuando se trata de servicios y hábitos.
Ya lo dice el refrán: “infiel una vez, infiel para siempre”, pero ¿esto es realmente así? En su nueva encuesta* Ashley Madison determinó el grado de fidelidad de sus miembros, que si bien muchas veces están “flojos de papeles” en el dormitorio funcionan como un reloj suizo en otros aspectos de su vida cotidiana.
Por ejemplo, el 82% de los encuestados afirmó estar dispuesto a engañar a su pareja antes que a su restaurante favorito de comida y el 89% de los encuestados lo prefiere antes que alterar su vínculo con su agente inmobiliario o su entidad bancaria.
En cuanto a cuidado personal, el 82% de los miembros preferiría engañar a su pareja antes que a su peluquero y/o barbero, siendo ellas (87%) frente a ellos (82%) quienes más dispuestas están a cambiar de sábanas…pero no de tijeras.
En ese sentido, los hombres son los menos propensos a hacer trampa en una carrera deportiva (7%), mientras que las mujeres son las menos inclinadas a engañar a su terapeuta (6%), lo que indica que la salud mental y el bienestar son valores inflexibles para las mujeres de Ashley Madison, mientras que los hombres valoran la competitividad y la transparencia en sus hazañas.
¿Algunos datos más? El 85% de los miembros afirmaron que elegirían ser
infieles antes que probar otro gimnasio; y si de tecnología se trata, el 84%
preferiría engañar a su pareja antes que a su marca de celular predilecta.
“La manera en que una persona lleva adelante sus vínculos sexoafectivos no siempre es un patrón de conducta que podamos tomar como parámetro para su desempeño en otras áreas de su día a día, es un mito definir la fidelidad de una persona sólo por sus relaciones”, explica Christoph Kraemer, Director Ejecutivo Latam de Ashley Madison.
Queda claro, entonces, que si de fidelidad hablamos los miembros eligen no aplicarla sólo en las cuatro paredes del dormitorio…