El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por la presencia persistente de síntomas de inatención, hiperactividad y/o impulsividad, los cuales deben manifestarse antes de los 12 años y generar un impacto funcional en al menos dos contextos (por ejemplo, hogar y escuela), según los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5).
La Lic. Malena Cassasola, psicóloga de DIM Centros de Salud, explica que “el diagnóstico de TDAH es clínico y requiere una evaluación rigurosa por parte de profesionales de la salud capacitados, que incluye entrevistas con el niño y su entorno, y análisis del impacto funcional de los síntomas. Es fundamental un diagnóstico precoz para evitar la cronificación de las dificultades y sus consecuencias a largo plazo”.
Según el subtipo clínico predominante, el TDAH puede clasificarse como:
◊ Predominantemente inatento
◊ Predominantemente hiperactivo-impulsivo
◊ Combinado
Los cuadros suelen presentarse con comorbilidades como trastornos del aprendizaje, ansiedad, alteraciones de la conducta o del estado de ánimo. En cuanto a la prevalencia, se estima una mayor frecuencia en varones (con una razón aproximada de 4:1 en el tipo hiperactivo-impulsivo y 2:1 en el tipo inatento).
El tratamiento del TDAH debe ser multimodal e individualizado, combinando intervenciones clínicas, escolares y familiares. Incluye habitualmente terapia cognitivo-conductual, estrategias psicoeducativas, apoyo pedagógico y, en caso de indicación médica, tratamiento farmacológico. “Es crucial que el entorno familiar y educativo participe activamente en el abordaje del TDAH para favorecer un pronóstico favorable”, señala la Lic. Cassasola.
Aunque se origina en la infancia, el TDAH persiste en la edad adulta en un porcentaje significativo de casos, con una sintomatología que tiende a modificarse. En adultos, predomina la desorganización, la dificultad en la gestión del tiempo, la impulsividad y una baja tolerancia a la frustración, lo que puede derivar en problemas laborales, de pareja, accidentes o incluso en conductas de riesgo como el consumo de sustancias. “La tasa de abuso de sustancias en adultos con TDAH no tratado es hasta tres veces mayor que en la población general”, advierte Cassasola.
El abordaje psicológico en adultos cobra especial relevancia, incluyendo intervenciones psicoeducativas que promuevan la comprensión de la condición, el fortalecimiento de habilidades de afrontamiento y el trabajo sobre la autoestima y las relaciones interpersonales.
En Argentina existen diversas organizaciones dedicadas al acompañamiento de personas con TDAH y sus familias, tales como la Fundación TDAH Argentina, Fundación Adana o INECAP. Estas instituciones brindan contención, recursos y orientación terapéutica para una mejor calidad de vida.
♥ La detección temprana, el diagnóstico certero y el tratamiento adecuado son pilares clave para reducir el impacto del TDAH y mejorar el pronóstico a lo largo de la vida. ♥



































